La energía solar nos da la posibilidad de cubrir casi al completo las necesidades de calefacción en nuestras casas consiguiendo un ahorro energético que repercutirá tanto en nuestros bolsillos como en la sostenibilidad de nuestro medio ambiente.
Si todavía no conoces bien este sistema, te damos las tres claves básicas sobre el empleo de estas instalaciones de calefacción en la actualidad con sus características más definitorias.
Ahorro y sostenibilidad
Si bien es cierto que no pueden cubrir todo el sistema de calefacción (se requiere de otro sistema “auxiliar” que soporte en caso necesario al de energía solar), éste nos hará ahorrar entre un 25 y 30% de energía, lo cual es una cifra muy considerable especialmente para las casas en zonas de clima frío, cuyo coste de mantener un ambiente cálido en los meses de invierno es bastante elevado.
Complementación con tu calefacción habitual
Los sistemas de calefacción por energía solar se suelen utilizar complementado con un sistema de calefacción habitual. Esto se debe a que tienen una pequeña limitación en cuanto a las características de la temperatura de trabajo a alcanzar.
Mientras las instalaciones de calefacción convencionales ofrecen a los radiadores unas temperaturas de 70 y 80 °C, los sistemas de energía solar habituales no suelen trabajar a temperaturas superiores a los 60 °C, por lo que sólo se utilizan para precalentar el agua. Sin embargo, como hemos explicado anteriormente, esta combinación con el sistema solar ahorra recursos de la calefacción habitual y permite el ahorro energético.
Ideal para calefacción en suelo radiante
Una de las posibilidades favoritas para obtener una buena calefacción utilizando captadores solares es utilizándolos con un sistema de suelo radiante, el cual funciona a una temperatura muy inferior a la de los radiadores (entre 30 y 40 °C), exactamente el rango idóneo para que los captadores trabajen con un alto rendimiento. Otra opción cada vez más utilizada en zonas de climas fríos es la de instalar captadores de vacío que, aunque resultan más costosos, trabajan a temperaturas superiores a los 70 °C.